Dirty sexy



Clay Kincaid sabe que es más un pecador que un santo.
Especialmente cuando se trata de mujeres.
Con un pasado rudo y dañado que lo ha dejado hastiado, no tiene relaciones comprometidas.
Pero le gusta el sexo,y cuanto más caliente y duro, mejor.
Le gusta rápido y sucio, por lo que se niega a tocar a alguien tan dulce e inocente como Samantha Jamieson.
Hasta que descubre que a ella le gusta tan malo y sucio como a él.
Que comience el pecado






Romper corazones es lo que el salvaje y rebelde Mason Kincaid hace mejor. Golpea y lárgate, es su lema, y con su reputación de chico malo y sus tatuajes, no le falta compañía femenina. Hasta que una calurosa noche con la única mujer que juró que nunca tocaría se convierte en una adicción que no puede dejar de consumir. Katrina Sands ha sido su mejor amiga durante años, pero ahora que sabe cómo se siente y sabe, no hay forma de volver a ser solo amigos. El sexo caliente y sucio nunca se había sentido tan bien … o tan correcto.



                                          

¿Estás listo para ser esposado
?Como policía, Levi Kincaid es todo disciplina y el control... en el dormitorio y fuera de él, y siempre ha sido muy cuidadoso al elegir mujeres que cumplan con sus reglas.
¿Sexo caliente y placer intenso? No hay problema. ¿Compromiso emocional y promesas para siempre? De ninguna manera.
Pero nunca hubiera anticipado enamorarse de un ángel de ojos azules que le hace querer esposarla a su cama y hacerle cosas sucias y sexys. ¿Y ese control suyo? No tiene ninguna posibilidad contra Sarah Robins, la única mujer a la que no puede resistirse...






¿Estás listo para meterte en la cama con un pecador?
Después de toda una vida de mentiras, engaños y traiciones, Jackson Stone no es un hombre que confíe fácilmente, sobre todo en las mujeres. Ahora se trata de controlar todos los aspectos de su vida.
Especialmente entre las sábanas. ¿Placer mutuo y caliente con una mujer? No hay problema, mientras él esté al mando. Pero hay algo diferente en la sexy camarera Tara Kent que él encuentra irresistible, en la cama y fuera de ella. Algo que le hace estar dispuesto a comprometer sus principios y doblar sus reglas. Que comience el pecado.

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